martes, 19 de octubre de 2010

La magnífica variedad de vida sobre el planeta Tierra es una maravilla verdadera. Esta biodiversidad nos permite vivir.

Plantas, animales y microorganismos forman redes complejas e interconectadas de ecosistemas y hábitats que a su vez ofrecen un sin fin de servicios ecosistémicos de los que depende toda la vida. Aunque la tecnología puede sustituir algunos de estos servicios y amortiguar su degradación, muchos no pueden reemplazarse.

Hemos excedido la biocapacidad de la tierra, usamos más recursos naturales de los que la tierra puede generar y producimos más dióxido de carbono, del que la tierra puede absorber.






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