Escribe:
Sandro Chávez (*)
Como muchas mujeres en el Perú, Patricia
Majluf ha sabido poner a buen recaudo su bien ganada reputación profesional al
renunciar con dignidad y denunciar con valentía - que ya muchos hombres quisieran tener en el actual gabinete Ministerial-
las barbaridades que vienen ocurriendo en el sector pesquero.
Renuncia por su “..profunda discrepancia
e insatisfacción con la forma en la que se viene desarrollando a cabo la
gestión del sector pesquero en el Ministerio… “ dice en su carta
que había el compromiso al momento de su nombramiento de contar con “..el respaldo necesario de las altas
autoridades para lograr el ordenamiento del sector que por años se ha
caracterizado por el desorden, la corrupción y la alta influencia de intereses
particulares en la toma de decisiones que corresponden únicamente al estado”
lo cual parece no ha sido cumplido al leer la carta completa de Patricia.
La colega Majluf indica en su carta, la resistencia a propuestas
de cambios en direcciones generales de Extracción y Procesamiento pesquero y de
Seguimiento, Control y Vigilancia, por el contrario denuncia, que se han realizado
cambios de alto nivel en ITP y FONDEPES sin ser consultada; por otro lado la falta de coordinación entre organismos
internos (ITP, FONDEPES,IMARPE) y las restricciones de comunicaciones del
Despacho Viceministerial de Pesquería a medios de comunicación que
contradictoriamente no se aplicaba para la Jefa de Prensa que declaraba en contraposición
a las estrategias que el Viceministerio estaba aplicando “lo que coadyuvó al incremento de la tensión social vivida en el norte
del país la semana pasada” anota la colega Patricia en su misiva.
En verdad, la renuncia de
Patricia Majluf revela que en el sector no hay voluntad política para encausar
el manejo de los recursos hidrobiológicos hacia su sostenibilidad a fin de
garantizar más recursos y por larga vida para todos los peruanos y peruanas,
que es el principal interés que el Ministerio de la Producción debe asumir, sin
embargo, por lo denunciado existe en este Ministerio la velada actitud de
someterse a los intereses de aquellos que poco les importa el País y sus
recursos, pues solo cuenta para ellos su principal estrategia de extraer todo
lo que se pueda en el menor tiempo, sin importar que suceda después con el
recurso.
Prueba de ello, es el incremento de la cuota de pesca de merluza
que se elevó de 8,600 a 14,723 toneladas por la presión de pescadores del norte,
en clara contraposición a lo señalado el año pasado por el Instituto del Mar
del Perú (IMARPE) quienes le indicaron
al Ministerio de la Producción que esta especie mostraba una reducción en su
talla media y menos éxito en el desove.
Mi total solidaridad con Patricia
Majluf y con todas aquellas personas honestas
y de ética profesional inquebrantable que han pasado por el actual Gobierno o
aun continúa en él y que día día tienen
que lidiar con mafias e intereses inconfesables enquistados en el estado y que
requieren ser extirpados con urgencia.
Es vital para la salud moral del País y del sector Pesquería que
el Ministerio de la Producción, que dirige el Sr. José Urquizo, se pronuncie y actué
con claridad sobre lo dicho en la valiente carta de Patricia y que el Congreso
de la República ejerza su rol fiscalizador y por tanto investigue estas graves
denuncias que no pueden seguir campeando en un Ministerio encargado supuestamente
de velar por la sostenibilidad de nuestros recursos hidrobiológicos y no
hacerse de la vista gorda ante los evidentes indicios técnicos de la
disminución de los mismos.
(*) Biólogo,
Coordinador Nacional del Foro Ecológico del Perú
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